Este es el segundo artículo que dedico a contar mi experiencia con mi primer libro, "
La Carrera Digital". El
artículo anterior, algo más personal, se centraba sobre todo en lo que denominaba los '
momentos especiales', aquello que más ilusiona o emociona de la escritura y publicación de un libro.
En este artículo, aunque siempre por supuesto aportando mi visión personal y mi experiencia particular, voy a hablar de algo más general y, por desgracia, menos gratificante: mi contacto con el sector editorial.
Las editoriales tradicionales
Cuando me decidí a escribir el libro, ya muy desde el principio, pensé en qué editorial publicarlo y cómo intentar llegar a esas editoriales. Me hice un listado de las editoriales, o sellos editoriales, que conocía y que publicaban libros de temática similar a la del mío... y me puse a investigar cómo contactar. Y no era fácil...como ya suponía.
Al final, y con bastante separación en el tiempo, contacté con dos editoriales tradicionales de las que resultan reconocibles a 'todo el mundo', pero de las cuales me abstendré de dar el nombre. Una muy al principio, con el libro siendo más un proyecto que una realidad, y otra con el libro ya muy avanzado. La forma de llegar hasta ellas fue utilizando contactos indirectos, es decir, personas conocidas que, a su vez, conocían a personas con peso y responsabilidad en la editorial de turno. Sé que no es fácil conseguir que una editorial, digamos 'normal', publique a un autor novel y al que no conoce, así que mi idea era que, ya que tenía una cierta 'entrada', al menos le darían una oportunidad al libro, analizarían su calidad, su oportunidad y sus posibilidades.
Me equivocaba.
Ninguna de las dos editoriales leyó el texto ni analizó el libro. En absoluto. El contenido, el producto en sí, el libro, en apariencia era lo de menos.
Para las dos.
Eso sí, el trato fue muy, muy diferente en una y otra.
En una de ellas. la segunda en el orden cronológico de contacto, el trato fue cercano, muy amable y explicando muy claramente sus planteamientos y el por qué no iban a publicar muy libro salvo bajo unas condiciones muy especiales que fui yo quien preferí no aceptar, por onerosas y arriesgadas. El resultado no fue el que yo esperaba, claro, pero el trato, la forma de relacionarse conmigo de esta editorial, fue a la vez profesional, transparente y humana. Y les estoy agradecido, muy agradecido por ello y guardo buen recuerdo y buena imagen de esa editorial.
En la otra, la primera con que contacté, por el contrario, el trato fue, en mi opinión, despreciativo, sin la menor consideración, no ya solo al libro, sino también al escritor, a la persona... a mi. Me ignoraron hasta el desprecio, y cuando, tras mucho insistir, me dieron una contestación, fue muy breve, muy fría, muy poco y mal argumentada y, en fin, muy poco creíble. Tan despectivo me pareció el trato recibido que de esta segunda editorial, de la cual he leído varios libros y a la que hasta ese momento le tenía especial simpatía, ha pasado a ser una editorial que me causa un profundo rechazo y de la que, salvo que saquen un título absolutamente especial y exclusivo, prefiero no volver a comprar ningún libro. Han perdido a la vez, un posible autor y, sobre todo, en lo que supongo que más les podría importar: un cliente y un frecuente lector.
La autoedición
Tras esos dos contactos decidí que no más, que no iba a seguir invirtiendo energías en la búsqueda de una editorial de las tradicionales, en las que veía tan poco interés en arriesgarse ni siquiera un poquito con un autor que no conocían.
Decidí que debía concentrar mis energías en lo más importante que era escribir el libro, un buen libro, cosa que sí que estaba en mi mano y que espero, y en el fondo creo, haber conseguido. Y, a cambio, dejar de invertir esfuerzo inútilmente en buscar una editorial eterna y casi con total seguridad infructuosamente.
Así que pensé que mi opción era la autoedición.
Y durante unas semanas, o unos meses, no lo recuerdo bien, ese pasó a ser mi plan. No era lo que deseaba al principio, pero era lo único que me parecía viable.
Eso si, optar por la autoedición me suponía dedicar tiempo a investigar primero y ejecutar después, tareas como la maquetación, el diseño de portada, la gestión del ISBN, la gestión del espacio en Amazon (que era donde pensaba publicarlo) etc
Y debo decir que esa dedicación de esfuerzos a tareas que considero de menor relevancia para mis objetivos, me pesaban, y retrasó algo la planificación del libro.
Hasta que descubrí una tercera vía.
Editoriales de impresión bajo demanda
Por medio de un amigo, descubrí esta opción, que considero intermedia entre la editorial tradicional y la autoedición.
Las editoriales de edición bajo demanda funcionan, desde el punto de vista de producción, de una forma muy similar a una editorial tradicional: revisan los manuscritos y los aceptan o rechazan, firmas con ellos un contrato, realizan una revisión del texto, hacen la maquetación del mismo y de la portada, gestionan el ISBN, gestionan la doble edición papel/eBook, dan de alta el libro en los catálogos que utilizan las librerías y grandes superficies, etc...
Esta solución me pareció fantástica para eliminar los problemas de dedicación de esfuerzos a tareas que no fuesen escribir realmente el libro y me proporcionaba garantías de calidad en la maquetación, la impresión, el diseño, etc
¿Las contrapartidas? Diría que tres:
- Por un lado, se trata de editoriales con marca menos reconocida que las editoriales tradicionales. Eso, a efectos de comercialización y marca personal es un 'minus'.
- Aunque permiten la compra del eBook casi en cualquier lugar del mundo y en una multitud de Webs no hacen, sin embargo, distribución de ejemplares en papel a tienda. Sólo imprimen aquello que se les solicita ya bajo pedido. Eso
sin duda es un 'handicap'...pero es el mecanismo principal que tienen, entiendo, para reducir costes,
ser competitivas con las editoriales tradicionales y poder atender a autores menos conocidos.
- Tiene coste. El autor, yo en este caso, debe invertir una cierta cantidad de dinero. Eso sí, me pareció una cantidad razonable y una apuesta que estaba dispuesto a asumir.
Cuando descubrí esta opción, me gustó mucho y es la que al final he adoptado. En mi caso, bajo la editorial
ExLibric.
Debo decir que el resultado en cuanto a revisión del texto, maquetación, diseño de cubierta, etc es en mi opinión, muy satisfactorio y me confirma que, finalmente, tomé la decisión acertada.
Puntos más débiles son la distribución y la promoción.
La distribución
La distribución, esto es, el hacer llegar los ejemplares a los puntos de venta es problemática. En mi caso, y dado el modelo editorial elegido, no existe distribución a tienda salvo que éstas asuman, bajo su criterio y riesgo, la compra de ejemplares para ponerlos a la venta.
Esto es comercialmente una desventaja importante, no cabe duda.
Creo que muchas veces los libros 'entran por los ojos' o tras haberlos 'ojeado'. En el caso de mi libro, a lo mejor mi opinión está sesgada, pero creo que si una persona que no lo conociese lo viese en tienda, le llamaría la atención (la portada creo que es atractiva) y si ese alguien lo ojease, viese el índice, las figuras y el aspecto general, creo que el libro ganaría muchas opciones de ser vendido. Como el libro no se encuentra en tiendas...pierdo esa opción. Además, el modelo adoptado, dificulta, aunque no imposibilita, la compra en papel fuera de España.
Sí que funciona razonablemente bien la distribución en eBook, aunque se propaga algo más lento de lo que yo hubiese esperado y deseado, y aunque en algunas webs no está bien implementada la ficha del libro. Pero, en general, sí que es cierto que en formato eBook mi libro está presente en cada vez más Webs y se puede adquirir con cierta facilidad en cualquier parte del mundo.
La promoción
Éste, junto con la distribución en papel a tienda, es el punto más débil.
Apenas he tenido promoción comercial. El conocimiento del libro por parte de los eventuales lectores, debo conseguirlo por mis propios medios o confiando en que el azar o el boca a boca entre lectores, me ayude.
No es mucha ayuda...pero es la que tengo...
Unas reflexiones sobre el sector editorial
Tras mi experiencia, se me ocurren algunas reflexiones sobre el sector editorial. No me atrevo a afirmar que sean generales, sino que son mi valoración personal ahora mismo y fruto de mi experiencia actual.
Veo al sector editorial tradicional, a las editoriales de toda la vida, muy estáticas, muy conservadoras, con muy poca capacidad, ni vocación dicho sea de paso, de asumir el más mínimo riesgo, de apostar por un nuevo autor o por un libro. Buscan ir sobre seguro, garantizando el retorno de inversión, con independencia del contenido y renunciando a ninguna 'sorpresa editorial'. Y esto las convierte en territorio casi vedado, casi hostil, para escritores noveles salvo que éstos sean muy populares por otros motivos (políticos, artistas, influencers, etc).
¿Qué aporta una editorial tradicional? Creo que aporta o puede aportar cuatro cosas: marca, 'know-how', promoción y distribución.
No está mal, pero hay que tener en cuenta que el 'know-how' y parte de la distribución lo aportan tambiñen las editoriales en modelo bajo demanda y que, incluso, cada vez es más fácil que una persona individual (mediante autoedición) puede suplir esas funciones. Suprimido el know-how y la distribución en formato eBook, quedaría, entonces, la marca, la promoción y la distribución física. Son cosas valiosas pero, si para publicar a un autor, esperan, y es lo que parece que sucede, que este autor ya sea muy conocido (que ya tenga mercado y que la promoción sea relativamente sencilla o casi nula)... ¿cuál es su valor real?
Puede que sólo la distribución física.
Para un autor consagrado, la marca la aporta el propio autor, más que la editorial, y la promoción casi 'la llevan puesta' esos autores sin mucha ayuda de la editorial. Es decir, que lo único que aportaría la editorial tradicional realmente diferencial es la distribución del formato papel a tienda. ¿No puede ser ese poco valor?
Es decir, a los autores noveles casi se les cierra la puerta, porque no hay garantía de retorno de la inversión y a los consagrados se les aporta poco valor.
¿No se están arriesgando las editoriales tradicionales a ser irrelevantes, especialmente si el eBook llegase a ser un formato predominante?
En cuanto a las editoriales en modelo bajo demanda creo que deben mejorar, y mucho, al menos en la experiencia que yo he tenido, en la promoción, ya que es la única forma de conseguir compradores cuando en su cartera de autores, en general, tendrán autores y títulos menos conocidos que en las editoriales tradicionales. No hablo de una promoción muy cara, que entiendo que no la puedan afrontar, pero sí una muchísima mayor presencia en medios digitales y un mayor intento de colocar contenidos (entrevistas, vídeos, etc) en medios como radio y televisión. Si no, es posible que autores que sean hábiles con las herramientas de edición, o que tengan quien les ayude, o quienes no duden en invertir un poco más, publiquen vía autoedición sin recurrir a las editoriales bajo demanda.
Soy muy lector, y busco y compro libros de todo tipo. Y cada vez con más frecuencia observo a autores muy, muy reputados en sus campos, que publican sus libros en formato de autoedición. Por algo será...
Creo que es un riesgo para las editoriales.
Si no consiguen añadir más valor y ser más accesibles para los autores noveles, puede que con el paso del tiempo se conviertan en irrelevantes y que los autores 'se busquen la vida' por su cuenta, los consagrados porque no necesiten editoriales y los noveles o menos conocido porque tengan vetado el acceso.
El futuro...
Como contaba en el artículo anterior, escribir y publicar es una actividad muy gratificante. Y ya aviso que mi intención es que 'La Carrera Digital' no sea mi único libro, ni mucho menos.
Pero la lucha con las editoriales es difícil.
Tengo que confesar que me encantaría ver publicado algún libro mío en un sello editorial de los conocidos. Probablemente ese deseo provenga no tanto de un razonamiento estrictamente racional como, más bien, de mi corazón de lector acostumbrado a comprar muchos libros a editoriales y al cual le haría ilusión ver una obra propia en ese formato. Y lo voy a intentar. Pero la experiencia me hace ver que es difícil y no pienso gastar excesivas energías si no observo algún interés.
Con lo cual, lo más probable es que siga optando por el modelo de editorial con impresión bajo demanda.
... y un par de consejos
Por si este artículo lo lee algún autor novel o poco conocido, me permitiría, con mucha humildad, darle. como regalo, un par de consejos fruto de mi experiencia personal.
El primero es de cero desánimo. No te deprimas ni te vengas abajo si ves que su manuscrito es rechazado (o ignorado) por las editoriales tradicionales. Es, con mucho, lo más fácil que te suceda.
Pero si de verdad, escritor, quieres publicar, si ésta es tu vocación y anhelo, si estás dispuesto a esforzarte e incluso invertir, tienes a tu alcance la autoedición y, con una inversión moderada, el modelo de impresión bajo demanda. Ni te deprimas ni consumas excesivas energías en buscar editorial tradicional. No vale la pena. Si no te hacen caso, opta por uno de los otros dos modelos: autoedición o impresión bajo demanda. Si algún día te conviertes en autor de éxito, probablemente ya vendrán a buscarte, pero de momento tienes que salir adelante.
Y el segundo consejo es de fe en ti mismo. Sé exigente en la calidad de lo que haces, en la redacción, en la ortografía, en la presentación... pero, a partir de ahí, confía en ti mismo y en tu obra. No esperes que las editoriales crean en ello ni que te apoyen, no esperes demasiado de tu entorno, no esperes demasiado de las librerías... ni siquiera, perdón, esperes demasiado de los lectores. Cree en ti y empuja tú.
Al fin y al cabo, es tu sueño lo que está en juego.