domingo, 24 de octubre de 2010

Acerca de la autodidaxia

Encuentro entre las reflexiones de Renée, la portera que protagoniza 'La elegancia del erizo' de la francesa Muriel Barbery, un espejo de sensaciones tantas veces vividas tras innumerables y ambiciosas horas de lectura incesante.

Dice Renée:

"He leído tantos libros...

Sin embargo, como todos los autodidactas, nunca estoy segura de lo que he comprendido de mis lecturas. Un buen día me parece abarcar con una sola mirada la totalidad del saber, como si invisibles ramificaciones nacieran de pronto y unieran entre sí todas mis lecturas dispersas; y, de repente, el sentido no se deja aprehender, lo esencial se me escapa y, por mucho que lea y relea las mismas líneas, las comprendo cada vez un poco menos
"

La autodidaxia es placentera pero desestructurada: es el individuo quien elige las materias y los textos, de acuerdo tanto con sus intereses e inquietudes del momento, como con su posibilidad para conseguir los materiales de aprendizaje, una posibilidad que deriva no sólo de la capacidad física y económica para acceder a esos materiales didácticos sino también de la simple capacidad para identificar su existencia. La autodidaxia tiene, sin embargo, ese cariz de búsqueda, de aventura, de descubrimiento y realización que le confiere su carácter placentero.

El aprendizaje reglado, por contra, suele presentar mayores características de estructuración: guiados por un profesor, los contenidos se nos presentan de acuerdo a un orden y un plan plenamente establecido y los materiales que se precisan para el aprendizaje están fijados por alguien, ese profesor, que domina la materia y que nos puede descubrir textos, autores o cualquier otro tipo de material que, quizá, mediante la autodiaxia, hubiésemos tardado en descubrir o, incluso, nos hubiesen pasado inadvertidos. Por contra, el aprendizaje reglado suele adoceler de una cierta rigidez, de una tendencia al encorsetamiento, y el peligro de alejarse de las necesidades intelectuales del individuo conduciéndole por sendas que, quizá, no desea recorrer.

Renée disfruta de la lectura, encuentra placer en el consumo incesante de libros y en el descubrimiento de ideas y conocimientos, pero la falta de estructura que este método de aprendizaje supone, le hace enfrentarse también en ocasiones, con la perplejidad, con la sensación de no haber aprehendido lo que las palabras le dicen y de observar un trasunto de conceptos sin asirlos realmente.

Es, probablemente, un efecto colateral, casi inevitable, de la autodidaxia.

Es una sensacion que muchas veces he sentido, un sentimiento que comparto...