miércoles, 27 de enero de 2010

Taleb y la literatura (II): lectores exigentes

"Hoy en día los editores tienen la teoría de que 'los camioneros que leen libros, no leen libros escritos para camioneros' y que 'los lectores desprecian a los escritores que les consienten sus caprichos' "

Nassim Nicholas Taleb
'El cisne negro'

Unos párrafos más adelante del texto que reflejábamos en el post anterior, Nassim Nicholas Taleb nos trae a una Yevguenia Nikoláyevna Krasnova triunfante tras cinco años de ostracismo, una Yevguenia Nikoláyevna Krasnova cuyo libro se ha convertido en un éxito de ventas y ha sido traducido a cuarenta idiomas.

Y 'los editores', los mismos que cinco años antes vetaban la publicación de la novela de la Krasnova, ahora explican su éxito con base en los hábitos de los lectores, unos lectores exigentes que 'no consienten caprichos a los escritores', unos 'camioneros que no leen libros escritos para camioneros'.

¿Cómo estamos de cerca de ese mundo donde ha triunfado Yevguenia Nikoláyevna Krasnova? ¿Cómo de exigentes en nuestras lecturas? ¿Cómo de condescendientes con los caprichos de los escritores?

¿Triunfaría Yevguenia en nuestro mundo?

4 comentarios:

Octavio dijo...

No sé si el tema es capcioso pero admite múltiples respuestas, incluso contradictorias.
El editor mecenas, que atiende sólo a la calidad literaria, no existe; el mundo editorial está inmerso en la ley de la oferta y la demanda, y no se anda con reparos de si lo que lo que se vende es bueno o malo.
Otra cosa es el caso de los escritores, donde hay de todo: lo de Salinger, que se ha muerto ayer, me parece un caso extremo y no significativo."Vivo para escribir. Pero escribo para mí mismo y para mi propia satisfacción. No publicar me reporta una maravillosa sensación de paz. Publicar es una terrible invasión de mi privacidad", confesó en una ocasión. Ese era Salinger. No había más. Lo demás eran adornos.
Me parece hermoso pero utópico.

Yo no pienso que nadie escriba sólo para sí mismo, cuando uno escribe, con el rabillo del ojo, siempre piensa en un posible lector. Otra cosa es que esto le condicione y deje de escribir lo que el él le gustaría escribir y escriba lo que piensa que al lector le gustaría leer. Es posible que ambas posturas sean respetables: la del que trata de vender lo que escribe y el que escribe lo sabe que se vende.

Y aquí entre en juego el criterio del lector: hay quien se conforma con lo que sea, y hay quien piensa que, si el autor no es sincero para consigo mismo, le están vendiendo gato por liebre.
Creo que ya hemos hablado más veces de estas cosas.

Jésvel dijo...

Interesante, Ignacio, ciertamente interesante...

Ignacio G.R: Gavilán dijo...

Creo que, en efecto, en otros foros ya hemos hablado de esto.

Y coincido contigo en que probablemente cualquiera de las posturas, escribir para vender, o escribir para uno mismo, sean respetables y que, en la mayoría de los casos, quizá no en el de Salinger, el escritor que escribe para sí mismo no es tan puro, que busca, por necesidad material o psicológica, el reconocimiento de los lectores...y la existencia de éstos.

Ignacio G.R: Gavilán dijo...

Gracias, Jesvel, me alegro de que te pases por aquí y que te interesen mis artículos.