
"No existe, no puede existir el mirar puro, porque en seguida las palabras se meten por medio y se convierten en protagonistas. Pero, por otro lado, ¡pobres palabras! Palabras que uno creía fieles y seguras de pronto las ves lucir en la boca o en la pluma de gente inicua, y entonces sientes una mezcla de piedad y de rencor por ellas. Y luego están los que trafican con las palabras, los que las violentan, las esclavizan, las falsean, las deforman, las mutilan..."
Dos interesantes aspectos en el discurso de este personaje de Landero.

Por otra parte, la palabra como como herramienta de esa manipulación. La palabra pervertida, utilizada con fines malsanos. La palabra, ahora, débil y víctima.
Un reconocimiento, en cualquier caso, del poder de la palabra...y una llamada a la responsabilidad en el uso de la misma.
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