
La acción es trepidante y los efectos especiales espectaculares...pero, yo he sentido que le faltaba algo, que la película había perdido parte de ese carácter épico que había alcanzado con las entregas anteriores, especialmente con 'Terminator 2: el juicio final'. Quizá era que los terminator parecían más impresonantes en una ciudad actual, quizá Skynet más temible cuando no conocíamos sus pasillos, quizá el poder de las máquinas más sobrecogedor cuando no veíamos destruir una detrás de otra, quizá John Connor más heróico cuando no conocíamos su rostro.

En ese remontarse al futuro en el caso de Terminator, y al pasado en el caso de Star Wars algo habíamos perdido.
Y creo que en ambos casos habíamos perdido esa sensación de lo remoto que es condición necesaria para la épica. En el caso de Terminator, la guerra con las máquinas era un futuro terrible y mítico. En el caso de Star Wars, la caída de la República y los Jedi y con ello el ascenso del Imperio y Vader. En ambos casos eran épocas remotas y míticas que daban razón de ser a la historia, le conferían fuerza y herocidad. Y al acercarnos al esos tiempos remotos, al traerlos al presente, al poderlos contemplar en todos sus detalles dejaron de ser remotos, dejaron de ser míticos para convertirse en el objeto mismo de la acción, en lo actual, en lo conocido.

¿ Y qué tiene que ver todo esto con la literatura ? Pues tiene que ver que la épica es también territorio natural de la literatura, antes y quizá de manera superior al cine. Tiene que ver que mis conclusiones serían, posiblemente, similares, en el caso de estar hablando de narraciones épicas en libros en lugar de en películas y, sobre todo, tiene que ver con el hecho de que la palabra, el medio de expresión de la literatura es, creo, un vehículo excelente para crear esa narraciones épicas. Y eso porque la palabra siempre puede manejarse de forma ambigua, mucho más que la imagen, puede más fácilmente abrir esas lagunas que la imaginación debe llenar, puede de forma sencilla hacernos ver fragmentos, sólo fragmentos, de los hechos míticos, puede dejarnos suponer, creer, imaginar, engrandecer las historias y a sus héroes.
En el fondo, sea cual sea el medio de comunicación, la imagen o la palabra, las conclusiones serían similares: conviene dotar a la épica y a lo mitológico, de ese carácter remoto y fragmentario si no queremos desposeerla de su propia esencia.
2 comentarios:
A veces la vida se convierte en mitología y la mitología en vida.
Muy interesante tu espacio
Gracias psycovalvs...y bienvenida a este blog.
Quizá, la vida que se convierta hoy día en mitología sea la que deriva de los deportes o, en un terreno más serio, la de solidarios e idealistas.
Pero hay mucha más mitología, probablemente, en pasados inconcretos y lejanos.
Quizá, dentro de unos siglos, se construya una mitología sobre nuestra época actual.
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