Este fin de semana, me he leído de un tirón "84, Charing Cross Road" la obra de Helen Hanff que recoge el intercambio epistolar entre ella, y los empleados de la librería Marks & Co. de Londres. Una obra que, por encima de todo, refleja una forma de amor profundo por los libros y la literatura.
Y, a propósito de ello, me he puesto a pensar en aquellos amores colaterales que rodean al amor a la literatura en sí. Creo que amar los libros, amar la literatura es, ante todo, amar las palabras, amar los textos, lo que los libros nos cuentan y cómo nos lo cuentan.
Sin embargo, no son infrecuentes, entre los amantes de la literatura, la aparición de otros amores secundarios, de una especie de efectos colaterales.
Uno de ellos, sería el amor por las librerías y por lo que de placer tiene la experiencia de búsqueda y compra de libros: pasearse por el interior de librerias con encanto, bucear entre estantes sin un destino fijo esperando descubrir joyas ocultas, recibir el consejo de un buen librero, ojear volúmenes, examinar contraportadas, leer párrafos al azar...
Otro amor colateral sería el amor por el libro como objeto. Hace un tiempo, hablaba con un conocido sobre libros y me preguntó que si yo era bibliófilo...e iba a contestarle afirmativamente cuando me di cuenta de que lo que me preguntaba era si me gustaban las ediciones de lujo, los facsímiles, los libros raros... No supe muy bien qué contestar pero ya entonces me di cuenta de que ésta es otra forma de amar los libros: amar su tacto y su contacto, buscar ediciones lujosas o curiosas, valorar el tipo de papel, las ilustraciones, la encuadernación...
Sigo pensando que el verdadero amor a la literatura es amor a sus contenidos pero, ¿ no son ciertamente deliciosos estos otros elementos que la rodean ? ¿ No són estos placeres como los condimentos o la salsa que realzan el sabor del plato principal y lo hacen aún más placentero ?
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Hace 3 horas
8 comentarios:
es posible que la bibliofilia sea algo más que el amor a los libros. Pero como tú pienso que el amor a la literatura es más por sus contenidos, por las sensaciones que nos provoca que por otra cosa...el libro como objeto está bien, pero conociéndote, supongo que te pasa un poco como a mí, que nos da igual el formato mientras que el interior sea interesante...
Pues si.
La verdad es que yo suelo comprar ediciones normalitas (de bolsillo fundamentalmente) y en tiendoas normales...
Lo que busco son temas / escritores que me interesen.
Eso si, lo que es la experiencia de curiosear en las librerías si que, cuando me pilla en dias buenos, la disfruto bastante.
Una vez leí que los bibliófilos podíamos llegar a ser bibliópatas.
Y considerándolo desde el cariño, creo que esto puede ser cierto.
Además de los amores colaterales, qué efectivamente existen, los amantes de los libros o de la lectura, adquirimos manías y rarezas, incomprensibles para los que no pertenecen a este "Club", todas ellas unidas a "esta nuestra
pasión" por los libros.
Podemos llegar a ser unos tipos curiosos...
Aqui tienes una libreria con mucho encanto:
http://gatosporlostejados.blogspot.com/2009/06/crisis-y-literatura.html
¡Saludos!
¡Ah! Que ya la habías visto, jeje...
Gracias Ascen,
Supongo que, en efecto, todos los fan de algo acaban teniendo sus 'rarezas' y los bibliófilos no podían ser una excepción.
Si Lo,a
Ya había visto esa fantástica biblioteca. Como para perderse... :-)
Busco los colaterales del amor!! Y no vi nada por aka. AMOR= comprension, tolerancia, humildad y gratitud. En cual de esos cuatro sale la libertad?
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