domingo, 11 de septiembre de 2011

¿Induce la lectura a la pereza mental?

Leo, no sin una cierta dosis de sorpresa, la siguiente cita de Albert Einstein:

"Leer, después de cierta edad, distrae demasiado a la mente de su actividad creativa. Cualquiera que lea demasiado y utilice poco su propio cerebro cae en hábitos de pereza mental."

Para ser justos, o al menos precavidos, hay que señalar que desconozco completamente el contexto en que el eminente científico realizó dicha afirmación y es más que probable que no se refiriese a la lectura de ficción o literaria, sino a una literatura científica.

Sin embargo, y prescindiendo del auténtico contexto e intención de Einstein, podemos preguntarnos si la afirmación es cierta, si la lectura conduce a la pereza mental.

Es cierto que la lectura tiene un cierto componente de pasividad, que supone el recibir el material que el escritor desea brindarnos sin una verdadera actuación sobre el mismo. En ese sentido, en especial si la obra literaria carece de profundidad, de matices, de ideas, y si el lector busca únicamente entretenimiento en la actividad lectora, ésta se puede convertir en una tarea meramente reactiva, sin apenas esfuerzo por parte del lector y, de este modo, podría acercarse a esa situación de pereza mental que estaría denunciando Albert Einstein.

Sin embargo, y mi propia experiencia de lectura apunta en esa dirección, un libro cuidado, con profundidad psicológica o filosófica, y ya no digamos un ensayo con valor intelectual, con ideas innovadoras o interesantes, sí inducen al pensamiento, a la reflexión, a la deliberación con uno mismo y su lectura puede ser una de las actividades más enriquecedoras desde un punto de vista intelectual.

Es posible, y ni siquiera estoy seguro de ello, que ese tipo de lectura profunda no sea una actividad creativa propiamente dicha, dado que sigue actuando sobre un material recibido...pero en absoluto se encuadraría en el ámbito de la pereza mental sino todo lo contrario, se trataría de una gran actividad intelectual e incluso sentimental.

A veces, incluso, la propia reflexión sobre el material leído, ha hecho surgir en mi mente ideas y voliciones nuevas, ideas y voliciones que posteriormente han encontrado su propio campo de acción...aunque no sea en el mismo momento de la lectura sino en una ocasión posterior. ¿No podría considerarse eso una actividad creativa? ¿No estaríamos superando, en esos casos maravillosos, la reactividad para entrar de lleno en la proactividad, en la creación, en la acción?

Parece que, al menos en esos casos, la presunta pereza mental causada por la lectura sería una acusación manifiestamente injusta.

Me resulta difícil creer que Einstein no haya vivido esos momentos de reflexión y creación encendidos por la lectura, que no haya experimentando el placer y estímulo intelectual a través de un libro. Quiero creer que en realidad estaba denunciando las actitudes pasivas, las que se refugian en la lectura de terceros sin producir ninguna idea propia. Quiero creer que en realidad Einstein lo que deseaba era el pensamiento, la reflexión, la creación... y quería evitar cualquier coartada para no aplicarla, fuese ésta la lectura o cualquier otra excusa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde mi experiencia te comento que la frase me parece que se refiere a que la lectura excesiva resulta en un refugio contra el riesgo que significa actuar, o poner en práctica lo aprendido. Al punto que todo tiene que estar ya escrito (y leido) para recien poder actuar (tiene que haber instrucciones). Lo resumiría en la frase "Parálisis por análisis".