domingo, 4 de septiembre de 2011

El argumento como camino

Aprecio una aparente contradicción, o un diferente punto de vista en cuanto a estrategia de escritura, entre lo que es la planificación de las novelas, la definición detallada del referente, de los personajes y los hechos, frente a la opción del descubrimiento, la concepción de que los personajes, a partir de un cierto momento, cobran vida propia y dirigen su propia historia, una concepción donde el escritor ejerce, casi, de mero expectador y notario.

Lo primero parece más profesional, más trabajado, más técnico, más intelectual. La segunda opción añade elementos más vívidos, más vocacionales, más sentimentales, más humanos, si se quiere.

Supongo que ambos enfoques conviven con diferente peso según el escritor concreto, según su personalidad y entendimiento de la literatura.

Paul Theroux es un escritor estadounidense famoso por sus libros de viajes y novelas. Por vía indirecta descubro la siguiente cita de su autoría que ilumina la disquisición anterior. Nos dice:

"Es nefasto saber demasiado antes de partir: el aburrimiento invade con la misma rapidez al viajero que conoce la ruta que al novelista que está demasiado seguro de cuál será el argumento."

Está claro que Theroux apuesta, quizá por su filiación hacia los libros de viajes,  por la concepción del argumento como camino, por el descubrimiento de la historia según ésta avanza.

Es un enfoque, sin duda, más atractivo, más divertido como el propio Theroux viene a decir. Lo que no estoy seguro es de si se trata del más acertado... o si, siquiera, existe un enfoque acertado y otro que no lo es.

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