domingo, 27 de febrero de 2011

La lectura como obligación

Hace unos días, y de una forma que podemos considerar casual, al menos en lo que a literatura se refiere, llegó a mí la referencia de una persona, Harriet Klausner, crítica literaria de Amazon quien, según mi fuente, lee del orden de dos libros diarios y lleva comentados hasta la fecha más de catorce mil.

Aparte de la mera curiosidad e interés anecdóticos, este dato me hace pensar sobre las circunstancias de este tipo de lectura motivada por razones de índole profesional, esta lectura de obligado cumplimiento.

Me pregunto si una persona como la que se menciona puede realmente disfrutar de la lectura y si puede conservar un criterio o gusto propio. Me pregunto si, fuera de sus obligaciones laborales, todavía recurre a la literatura como mero placer.

Yendo un poco más lejos, esto me hace pensar, igualmente, sobre el controvertido asunto acerca de la conveniencia o no de obligar a los jóvenes estudiantes a leer. Si eso desarrolla el gusto por la lectura o lo mata irremisiblemente.

No sé, sinceramente, la respuesta. Pero en lo que a mi respecta, se me hace cuesta arriba el pensar en una lectura como obligación. Creo que unas circunstancias como las de la mencionada Harriet Klausner las viviría como una dolorosa pérdida de un placer exquisito, un placer que requiere tiempo, interés y una adecuada disposición de espíritu.

5 comentarios:

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Sencillamente, me parece imposible que una persona pueda leer dos libros diarios, menos aún si lo debe hacer concienzudamente como para tomar notas para realizar una crítica. ¿Te imaginas leerte Los pilares de la Tierra en un día? Y si, además, debes leerte La catedral del mar o la Rosa del viento?
Perdona, pero no me lo creo.
Lo que sí leí hace unos años en el foro Yoescribo.com que existe un procesador de textos profesional que usaban algunos lectores profesionales. Al parecer estos procesadores "leen" varios libros en un día, desechando aquellos que contengan errores inaceptables según las pautas configuradas por el propietario.
Un cordial saludo.

Ignacio G.R: Gavilán dijo...

Hola Juan.

La verdad es que, como dices, parece muy difícil concebir esa velocidad de lectura. Dejando aparte la posibilidad de que pueda ser una exageración, se me ocurren algunas posibles explicaciones:

(1) Que lea dos si hacemos la media sobre días laborables...pero que aproveche también sábados, domingos y festivos para leer (no es que mejore mucho la cosa...pero algo ayudará->hasta un 40%).

(2) Que, evidentemente, no todos los libros sean como 'Los pilares de la tierra' y lea muchos libros cortos.

(3) Que, en realidad, no los lea ella personalmente todos, sino que tenga un equipo a su cargo.

(4) Que aplique algún tipo de tñecnica de lectura rápida que no implique leer de principio a fin comprendiendo perfectamente todo.

(5) No conocía el procesador que mencionas...pero a lo mejor también lo emplea.

Dejando aparte la cifra, no obstante, de cara al fondo del artículo, lo que sí es cierto es que esa lectura profesional parece una lectura muy diferente de la lectura por placer que podemos hacer tú y yo y es cuestionable el placer que con esa lectura se pueda obtener.

Juan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JUAN PAN GARCÍA dijo...

Por supuesto que no debe de haber placer para el que se ve obligado a leer tanto sin tiempo para saborear lo que ha leído porque se le amontonan los libros. Me recuerda a una película en que se ve un concurso para ver quién se come más hamburguesas y los concursantes se las tragan sin saber ni de qué están hechas.
Un buen libro te deja un agradable sabor que intentas retener repasando la historia duranto mucho tiempo, antes que la pasión, que no la obligación, te incite a leer otro.
Saludos.

Ignacio G.R: Gavilán dijo...

Completamente de acuerdo