50.000 pensamientos diarios.
Esa es la cifra que leo en un libro sobre gestión del tiempo y productividad personal y que refleja, de alguna forma, nuestro ritmo de actividad intelectual.
He echado unas cuentas rápidas y, si descontamos las supuestas ocho horas que pasamos durmiendo, eso significa, aproximadamente, un pensamiento cada segundo.
Ignoro la fiabilidad de la cifra, ignoro el método empleado para obtenerla e ignoro qué se considera pensamiento en el ámbito del estudio que haya concluido con este valor.
En cualquier caso, y a poco que le concedamos validez, es toda una esperanza, toda una demostración de potencialidad, todo un tesoro por explotar de creatividad y reflexión.
50.000 pensamientos diarios.
Está en nuestras manos, o en nuestros cerebros, aprovecharlos.
domingo, 26 de diciembre de 2010
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