"Todos los escritores de ciencia ficción conocen esta ley no escrita: sólo puedes romper las leyes de la física una o dos veces en cada narración. Después, lo que imperan son las leyes del mundo real."
Quien esto afirma no es un literato, sino un conocido articulista y conferenciante (y autor de algunos libros, eso sí) como es Chris Anderson quien normalmente nos habla de negocios, de globalización y de Internet.
Sin embargo, y aunque la voz pueda sonar no del todo autorizada en el campo literario, después de una consideración algo más detenida diría que tiene razón. Supongo que hasta la fantasía y la ciencia ficción precisan de una cierta verosimilitud.
Se necesita romper en algún momento las leyes de la física para crear situaciones más interesantes y futuristas, pero si se abusa de ello probablemente el efecto sea negativo: una sensación de frivolidad, de sinsentido, quizá de infantilidad o locura.
Tal vez, si se ignora esta ley, los famosos mundos posibles de la teoría de la ficción, se convierten en mundos imposibles... y tampoco se trata de eso.
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2 comentarios:
No, yo no estoy de acuerdo con esto, claro que podemos crear eventos que no tengan nada que ver con lo que conocemos de la física actual, eso se llama especulación y es muy recurrente, cierto es que si uno se basa completamente en ello muchas veces se llega a algo que es más bien Fantasía, aunque como decía Philip K. Dick: "Tratemos de separar la fantasía de la ciencia ficción. Es imposible, y una rápida
reflexión nos lo demostrará. Fijémonos en los personajes dotados de poderes paranormales;
fijémonos en los mutantes que Ted Sturgeon plasma en su maravilloso Más que humano. Si
el lector cree que tales mutantes pueden existir, considerará la novela de Sturgeon como
ciencia ficción. Si, al contrario, opina que los mutantes, como los brujos y los dragones, son
criaturas imaginarias, leerá una novela de fantasía. La fantasía trata de aquello que la
opinión general considera imposible: la ciencia ficción trata de aquello que la opinión general
considera posible bajo determinadas circunstancias. Esto es, en esencia, un juicio
arriesgado, puesto que no es posible saber objetivamente lo que es posible y lo que no lo es,
creencias subjetivas por parte del autor y del lector".
Un saludo (o un número primo de ellos).
Gracias Damián.
Como digo en el artículo, la opinión proviene de un personaje famoso...pero no escritor de ficción, así que tampoco es una autoridad en la materia y, sinceramente, entre mis lecturas tampoco dominan precisamente las de ciencia-ficción ni las de fantasía (por cierto me parece interesante la distinción que haces).
Pero creo que, en el fondo, en cualquiera de los dos casos, la mayor parte del tiempo los hechos que se narran son verosímiles...si aceptamos, eso sí, unas pocas hipótesis o hechos no verosímiles, que son las que convierten la narración, precisamente, en fantasía o ciencia-fición.
No se trata tanto, entiendo, de leyes de la física como de verosimilitud y tampoco es esencial que se rompa en una, dos o cinco ocasiones, sino que predomina lo verosimil(insisto, admitiendo las no verosimilitudes esenciales para el género).
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