Julian Barnes
'Nada que temer'
Una frase probablemente sincera y que recoge de una forma admirable, por lo concisa, lo que creo que puede ser el sentimiento religioso, si así se le puede llamar, de millones de personas.
¿Cuántos ateos o agnósticos no desearían, en el fondo, en lo más recóndito de su corazón, creer en un Dios, en una esperanza, en un futuro? ¿Cuántos antiguos creyentes no sienten una suerte de morriña de esa época en que los principios e ideales estaban más claros, los tiempos en que todo parecía tener una respuesta y un sentido? ¿Cuánto afligido, cuánto desesperado, cuánto asustado, no desearía pensar que una fuerza todopoderosa le liberará en algún momento del sufrimiento y el miedo?
Según las creencias de cada uno, Dios puede estar o no estar...pero frecuentemente, y con independencia de esas creencias, sí que se le espera.
6 comentarios:
La frase es magistral, y seguro que más de uno se la apropiaría.
Saludos.
Supongo que sí, efectivamente, que "se le espera". Eso sí, todo esto tiene su contrapartida en el creyente, que cree que Dios está pero que teme que su lugar esté vacío.
Gracias, Maribel.
LLevo poco leído de este libro, pero sólo por la primera frase creo que ya vale la pena.
Pues si. Jesvel, supongo que esa contrapartida está también ahí.
Por seguir en plan literario podría concretarse en el desgarrado 'Dios mío, Dío mío, por qué me has abandonado' del San Manuel Bueno mártir de Unamuno. O quizá Manuel Bueno estaba más en el lado de echar de menos a Dios?
San Manuel... siempre da para mucho, por más que lo relees, siempre hay más.
Lo he releído varias veces...y es increíble.
La verdad es que Unamuno era un 'monstruo'
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