Hace unos días, la academia sueca nos sorprendió con la concesión del Premio Nobel de literatura a la semidesconocida escritora Herta Müller. Este fin de semana he repasado los diversos ganadores de los premios Nobel, así como de otros afamados premios literarios como el premio Planeta o el Nadal. Repaso años y nombres y me encuentro de todo: autores consagrados, reconocidos, de gran éxito, junto con escritores desconocidos, olvidados, ignorados.
¿ Cuánta gente ha leído, reconoce siquiera, los nombres de Elfriede Jelinek, Seamus Heaney o Wole Soyinka, ganadores todos ellos del Nobel en 2004, 1995 y 1986 respectivamente ? ¿ A cuánta gente les suenan los nombres de Xavier Benguerel o Jesús Zárate, ganadores del Planeta en 1974 y 1972 ? ¿ Y José Félix Tapia o Sebastián Juan Arbó que obtuvieron el Nadal sucediendo, nada más y nada menos, que a Miguel Delibes y a Carmen Laforet ?
¿ Por qué unos autores y unos libros se encumbran y otros caen en el olvido ?
Quizá los jurados o los mecanismos de elección de ganadores no sean infalibles y a veces yerren en sus fallos. Tal vez, a veces se dejen llevar por modas y tendencias que luego se demuestran efímeras. Quizá es que la calidad no siempre encuentre acogida en el público y los otrora brillantes ganadores caigan en el ostracismo fruto, únicamente, de su incapacidad para generar ventas de libros. Quizá es el propio marketing el que ha fallado en la labor de promocionar a unos autores y unos libros que, a priori, deberían ser candidatos a ocupar lugares preeminentes en los lineales de las librerías.
A lo mejor es que los conceptos de calidad y éxito son tan elusivos, tan inaprensibles, que es vana la idea de intentar designar qué va a estar llamado a la inmortalidad y qué está destinado al olvido.
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6 comentarios:
...Me lo esperaba del premio Planeta, pero no me imaginaba que el Premio Nobel pudiera caer en manos de autores prácticamente anónimos.
Qué curioso...
Bueno, lo bueno es que, si los autores desconocidos tienen la opción de ganar estos premios, puedo seguir soñando con ellos. =)
Pues, Adrián, en realidad, repasando la lista de los premiados, diría que el Planeta es el premio más 'comercial', en el sentido de que sus ganadores suelen ser ya conocidos o lo son posteriormente. Ves muchos más nombres 'extraños' en otros premios...mismamente en el Nobel aunque, a lo mejor, en este caso, lo que sucede es que al ser extranjeros, a lo mejor son populares en sus paises pero no en España.
Tampoco digo que el que los premiados sean desconocidos sea necesariamente malo...es sólo que es un poco sorprendente.
Y, por supuesto, espero dentro de unos años verte en Estocolmo recibiendo 'tu premio' :-) :-)
Está visto que ganar un premio no es sinónimo de éxito, aún en el hipotético caso de que el jurado sea justo e imparcial.
Hasta hace poco, tenía fe en el Nadal, que apostaba fuerte por la buena literatura y trataba de descubrir nuevos valores; unas veces con más acierto que otras.
El Planeta, desde un principio, es un mecanismo de marketing por parte de la Editorial, y los premios están dados de antemano y por encargo a autor que conviene en ese momento. Sobre todo se i es un personaje público, aunque no está íntimamente ligado a la literatura.
El Nobel es fruto de las conveniencias políticas internacionales y de rotaciones intercontinentales.Me remito al Nobel de literatura a Wiston Chorchill, o los de la Paz a Kitsner u Obama.
Octavio,
En mi esquema mental, en efecto, el Nadal es el que más confianza me da en cuanto a la calidad literaria del premiado (aunque el último Premio Nadal que leí dejaba, para mi gusto, bastante que desear).
El Planeta tambien me parece el más comercial (con las connotaciones buenas y malas que ello conlleva) y por tanto un indicador sólo parcialmente fiable de lo que hay detrás.
El Nobel no lo tengo muy clasificado. Habitualmente me sorprende. Y también me causó estupor cuando vi en la lista de premiados a Winston Churchill.
Perdoan, Ignacio, pero mi incompetencia con el inglés me ha llevado a llamar Chorchill a Churchill y Kitsner, (que es argentino y no tiene ningún premio salvo el de economía propia) con el de Kissinger.
El premio Nobel a Churchill tiene el agravante que no escribío más que un solo libro en su vida: sus Memorias.
Te había entendido, Octavio :-).
Lo que no conocía eran los 'méritos literarios' de Churchill
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