En los últimos años parece que ha perdido valor o consideración social el arte de la buena escritura, la escritura correcta gramaticalmente y de cierta riqueza semántica o, al menos, la escritura correcta y efectiva, aquella que expresa adecuadamente lo que se desea transmitir y consigue hacer llegar su mensaje respetando, por otro lado, las convenciones sintácticas y gramaticales.
Parece como si las nuevas tecnologías, los SMS, la mensajería instantánea, los correos electrónicos e incluso, cierto blogs poco cuidado en lo linguístico, fuercen a una comunicación breve y poco respetuosa con la ortografía y la gramática, al uso de abreviaturas, símbolos y jergas que deforman y empobrecen la riqueza del lenguaje.
Algo de ello debe haber, es cierto, y es mejor reconocer el riesgo o, peor aún, la realidad.
Sin embargo, también es cierto que en un mundo donde las conexiones sociales, la publicidad, las relaciones públicas, los intercambios, las percepciones, tienen un enorme protagonismo primando en ocasiones sobre valores más individuales o endogámicos como el trabajo, el esfuerzo o la calidad intrínseca, toda herramienta que contribuya a la comunicación y al enriquecimiento y efectividad de dichas relaciones e intercambios, que aporte algo a la interacción y la comunicación, cobra nuevo protagonismo.
Y eso puede ser una tabla de salvación para algo tan tradicional como la buena escritura que, en el fondo es, fundamentalmente, una herramienta de comunicación, interacción e intercambio.
Y como prueba o al menos síntoma de ello, nos encontramos con la afirmación de Dan Schawbel, un personaje ligado al mundo de la marca personal pero también de Internet, los blogs y los medios sociales, y que en su obra más famosa, 'Yo 2.0', afirma lo siguiente:
"Una de las formas de comunicación más importantes es la escritura. Su redacción de correos electrónicos, blogs, arículos, informes o páginas web. Si su estilo no es claro y comete errores gramaticales y de sintaxis, corre el riesgo de perder crediblidad y respeto y también la oportunidad de transmitir información importante y difundir el mensaje de su marca. Saber escribir bien es vital para una carrera próspera; si no sabe hacerlo de forma inteligible, perderá oportunidades de éxito."
No habla por supuesto Schawbel de escritura en el sentido literario ni artístico del término, no defiende la sofisticación, la riqueza o la innovación expresiva, pero sí reclama y aconseja, al menos, la corrección gramatical y la inteligibilidad como condiciones necesarias para el prestigi y consideración profesionales.
Aunque los amantes de la literatura esperamos y deseamos algo más que la mera corrección gramatical, bueno y esperanzador es, al menos, que se conceda la debida importancia a escribir bien.
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2 comentarios:
Personalmente, estoy convencido de que la escritura no está en peligro. Sencillamente, quien piensa claro escribe claro.
Mediocres ha habido, hay y habrá; pero también el talento, como la propia vida, acaba abriéndose camino.
Creo que era Gracián quien escribió que quien no es hijo de su tiempo acaba heredando lo peor de su siglo...
No te quepa duda, Ignacio, hoy escribimos más que nunca.
Gracias, por el comentario, Jesús.
Respecto a tu última afirmación ¿existe algún tipo de dato (yo no lo conozco) que mida la 'cantidad' de escritura? Supongo que viendo la enorme cantidad de libros que se publican, por no hablar de medios digitales como blogs o textos más cortos como en redes sociales, se intuye que tienes razón, que cada vez escribimos más...pero no sé.
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