"En el mundo real las cosas suceden solo de una manera. En la ficción hay más margen: está lo que ocurre, lo que pudo ocurrir, lo que sospechamos que ocurrirá, incluso lo que deseamos que ocurra aunque parezca improbable."
Marian Izaguirre
'La vida cuando era nuestra'
'La vida cuando era nuestra'
Así se expresa uno de los personajes principales de la novela 'La vida cuando la vida era nuestra' de Marian Izaguirre. Se trata de Rose, una mujer madura y culta, amante de los libros y que también se ha atrevido con la escritura de unas memorias.
La afirmación de Rose recoge una cualidad maravillosa de la literatura de ficción, la apertura de posibilidades, las que explicita o insinúa el escritor...y las que puede añadir de su cosecha, y ya en su mente o en su corazón, el lector... o los miles o millones de lectores.
El escritor crea y propone un mundo posible... y los lectores los enriquecen con base en sus experiencias, su imaginación o sus sentimientos.
Es como una ramificación eterna de ecos y posibilidades, un multiplicar de ondas en las aguas de la ficción y la imaginación a partir de una piedra lanzada por el escritor.
¿No es potente?
¿No es maravilloso?