¿Existe una relación entre la memoria y el talento?
Expresada así a bocajarro la pregunta, me resultaría difícil saber qué contestar, pero confieso que tendería a sospechar una correlación positiva. Al fin y al cabo, la memoria es una capacidad cognitiva e intelectual que siempre parece sumar, en mayor o menor medida. Parece que la capacidad de recordar hechos, cifras, imágenes, sentimientos, puede ser una valiosa ayuda para otras capacidades cognitivas como la imaginación o la creatividad que asociaríamos al talento.
Sin embargo, Jorge Luis Borges, nada más y nada menos que Jorge Luis Borges, no parece compartir esa idea. O al menos no en casos de memoria extrema, una memoria probablemente hipótética más que real, pero que puede servir de referente teórico.
Esa es la idea que, al menos, nos transmite Roberto Álvarez del Blanco en su libro 'Neuromarketing'. Ya deducirá el visitante de este blog que el libro referido no es precisamente un libro de crítica o análisis literarios. Se trata, en realidad, de un ensayo, casi un libro de texto, a propósito de esta curiosa y fascinante disciplina, el neuromarketing, que intenta relacionar el análisis científico del comportamiento del cerebro, especialmente a nivel neuronal, con su posible aplicación al marketing.
Parezca lo que pueda parecer la disciplina, lo cierto es que el análisis científico del cerebro, la neurociencia, es apasionante y se adentra en la resolución de uno de los misterios más insondables que nos es dado contemplar: el funcionamiento de nuestro propio cerebro.
En concreto, cuando se habla de la memoria, constata Roberto Álvarez del Blanco que la mente humana no retiene todo aquello que experimenta, que la memoria es finita. Además, nos informa de que el cerebro humano, al desarrollarse, disminuye de tamaño en lugar de aumentar y, sin embargo, nos hacemos más inteligentes en ese proceso.
Deduce el autor, de una forma que considero no del todo explicada que, paradójicamente, esa disminución del tamaño, viene a ser una demostración de la adquisición de talento. Que la inteligencia y el talento nacen de las conexiones sinápticas entre neuronas que se producen debido al aprendizaje y que, si retuviésemos absolutamente todo lo percibido, no se producirían dichas conexiones y, por tanto, no se generaría el talento.
Considero que la explicación aportada, no ya sólo el resumen que realizo en las líneas anteriores, sino la propia explicación del autor en el libro no es del todo completa...pero aún así resulta plausible e interesante.
Lo llamativo es que, al parecer, Jorge Luis Borges ya intuyó algo en esta línea de pensamiento. Es en este contexto, en efecto, que Roberto Álvarez del Blanco cita al genial literato argentino y nos dice:
"El escritor argentino Jorge Luos Borges imaginó cómo podía ser esta persona describiéndola como 'poseída de memoria infinita'. Nada se le escapaba. Toda su experiencia sensorial, pasada y actual, persistía en su mente, estancado en lo particular, imposibilitado de olvidar todo lo que había visto, no podía formar ideas generales y, por tanto, estaba imposibilitado para pensar. Una persona como esta no puede sentir, construir relaciones, o tomar decisiones de ningún tipo. Estará vacía de personalidad, preferencias, juicio y pasión."
Curiosamente, el razonamiento lo entendemos mejor ahora. Al parecer, las conexiones sinápticas, el talento y el conocimiento que codifican, nacen como una generalización... que siempre es una simplificación. Y esa generalización / simplificación se produce ante la pérdida de parte de los datos, ante la imposibilidad de almacenar todo en la memoria. El cerebro, ante esa imposibilidad de almacenarlo todo, construye conexiones sinápticas que codifican la esencia de los hechos, lo fundamental de la experiencia, y le permiten aplicar soluciones en el futuro basadas en esa esencia. Una memoria infinita no simplifica, dispone de todos los datos pero, paradójicamente, esa abundancia impide el aprendizaje y el talento.
No estoy en posición de juzgar la verdad de esta proposición, aunque al menos parece verosímil. Lo llamativo es cómo Jorge Luis Borges ya pudo intuir lo que las neurociencias comienzan a entrever años después.
Y es que, probablemente, muchas veces la intuición guía a la ciencia.
4 comentarios:
Que buena publicación la que haces, es la primera ves que visito u blog y me a encantado la temática de este, excelente seguiré aquí pendiente.
Muchas gracias.
La verdad es que últimamente publico algo menos en este blgo, pero tener a seguidores entusiastas como tú me anima a seguir.
qué interesante la reflexión!!! "muchas veces la intuición guía a la ciencia"...esto me trae a la mente una idea que tengo desde hace un tiempo. A veces siento que el hecho de poseer conocimientos sobre un tema en particular, es decir, aproximarse a la especialización en un tema, hace perder la imaginación y la intuición. Y a veces me sorprendo al ver como la gente que no tiene idea sobre un tema puede dar una solución totalmente lógica. Y llevándolo al plano de las ciencias, no es sorprendente que un premio Novel de Economía sea Psicólogo y no Economista. Eso me hace pensar en la importancia de estar abierto a las relaciones con otras disciplinas, de leer una gran variedad de libros de diferentes géneros, de escuchar música variada, y hasta escuchar la opinión de un político que no soportas. Nunca se sabe de donde puede surgir la inspiración para solucionar un problema...al fin y al cabo, todas las disciplinas giran en torno a un tema común: EL SER HUMANO.
En efecto, parece que la innovación está al menos parcialmente vinculada a la capacidad de adoptar nuevos puntos de vista, a cuestionarse las cosas y... si, paradójicamente, eso pudiera ser más fácil en un lego (o, al menos no muy ducho) en la materia que en un especialista.
Gracias por el comentario.
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