Me está resultando interesante y enriquecedor extraer pensamientos sobre la literatura o relacionados con ella, por parte de autoridades e intelectuales de otros campos. Hace unos meses, publiqué en este blog varios artículos que tenían como telón de fondo comentarios del famoso psicólogo
Abraham Maslow. Hace muy poco, he terminado otra serie basada en las reflexiones del teórico de la incertidumbre
Nassim Nicholas Taleb. Con este post inicio una serie, como mínimo de dos artículos, en que el protagonista es
Richard Florida, profesor de economía creativa y autor de best-sellers como 'La clase creativa' y 'Ciudades creativas'.
En este último libro, Florida afirma, citando un artículo piblicado en 2007 en
Business Week, lo siguiente:
"
tanto los sociólogos como los políticos consideran desde hace mucho tiempo que los artistas, los diseñadores, los músicos y los escritores son pioneros urbanos que curan todos los males económicos, estimulan las economiás locales y elevan el valor de la propiedad inmobiliaria por su mera presencia".
Sorprendente, ¿verdad? La presencia de escritores como estímulo a la economía...
En realidad el autor no sólo cita a escritores sino a un género de personas que, de forma no peyorativa, denomina 'bohemios'. Este tipo de colectivos (y alguno más como el de los homosexuales), afirma que estimulan la economía al proporcionar dos valores extras a las poblaciones que habitan:
- Un extra de estética y ocio
- Un extra de tolerancia y cultura abierta
Estos dos factores se unen para atraer talento y capital humano y, por vía indirecta, estimular la economía...y provocar el aumento del precio de la vivienda.
La teoría puede parecer descabellada a primera vista, pero se encuentra muy bien argumentada y, aparentemente, respaldada por datos estadísticos y un análisis riguroso de los mismos.
De alguna forma, toda la argumentación de Richard Florida se centra en la importancia de la creatividad, de las personas creativas y de la interacción entre ellas, especialmente en núcleos urbanos, como motores del desarrollo económico. Si esto es así, no debe parecer tan sorprendente que los literatos aporten su granito de arena, pues, al fin y al cabo, son creadores natos.
Y si esto es así, literatos y artistas pueden edificar un monumento a Richard Florida como al pensador que les convirtió en protagonistas de una economía moderna de la que parecían tan al margen.